Sólo he caminado hasta la habitación de al lado.
Yo soy yo, y tú eres tú.
Lo que éramos el uno para el otro, lo seremos siempre.
Dame el nombre, que siempre me has dado.
Háblame como lo has hecho siempre.
Que no haya diferencia en tu tono,
que no tenga un aire solemne o de pena.
Sigue riéndote de lo que nos hacía reír juntos.
Sonríe, piensa en mí, reza por mí.
Deja que mi nombre sea pronunciado en casa como lo fue siempre,
sin énfasis de ninguna clase, sin tristeza.
La vida significa todo lo que siempre ha significado:
una continuidad que no se detiene.
Por qué debo estar fuera de tu mente? porque estoy fuera de tu vista?
Te espero, no estoy lejos,
justo del otro lado del camino.
Como ves, todo está bien.
Edgar recuerda que cuando alguien muere, se lleva parte de tu alma, tu voz, se lleva los recuerdos, te deja parte de su alma, no te deja solo y te deja los mejores recuerdos de tu vida; porque el amor no desaparece nunca y para el la muerte no significa nada. Cuentas con todo mi apoyo incondicional para lo que necesites, sabes que siempre estaré contigo en los buenos y malos momentos……para eso somos los amigos.
Atte: Lyzbeth Cataño
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